Sin confianza no hay paraíso 🏝
Y este paraíso nada tiene que ver con el de la serie a la que hace referencia el título que, dicho sea de paso, si la volviera a ver ahora, me horrorizaría desde el minuto 1.
Aquí el paraíso nada tiene que ver con un Duque y no se consigue a través de una operación estética (créeme, yo misma lo intenté).
El paraíso es algo mucho más profundo.
Es el de sentirse bien con una misma, más libre y en paz trabajando con lo que tienes dentro y dejando atrás todo aquello que se supone que debería de ser según la cultura en la que vivimos.
A lo largo de todos estos años trabajando con líderes, he visto repetido de muchas formas diferentes el mismo patrón:
Falta de confianza
En las primeras sesiones, la falta de confianza suele aparecer disfrazada bajo frases como:
No me siento orgullosa de lo que hago.
No consigo estar tranquila si siento que no lo tengo todo bajo control.
No soy capaz de defender mis límites.
Quiero dejar de sentirme culpable si no hago algo bien. Rebajar mi nivel de autoexigencia.
Recuerdo especialmente como una de esas líderes a la que llamaré ficticiamente Rocío, creía que tenía que trabajar su empatía, cuando tras ponernos a trabajar en sesión, se dio cuenta de que su falta de empatía no era más que el escudo que se ponía ante su falta de confianza.
Se sentía que tenía que estar que estar justificando todo el rato sus decisiones así que terminaba imponiéndose a la antigua usanza para que nadie la cuestionara.
Además, cuando alguien le daba feedback, se lo tomaba muy personal y la conversación terminaba siendo muy tensa.
Liderar sin confianza no es bien porque cuando no tienes confianza en ti misma sueles elaborar dos estrategias, ninguna de las dos aconsejables ni para tu crecimiento ni para el del equipo:
Intentar ser perfecta todo el rato y si alguien te dice un fallo, sacar los dientes para atacar o defenderte.
Ser una duda con patas que impide que el equipo avance.
La primera estrategia era la que usaba mayoritariamente Rocío y por eso ella creía que había que trabajar en su empatía. Solo ese trabajo interno en sesiones fue el que consiguió sacar a la luz lo que realmente le estaba impidiendo crecer y estar tranquila consigo misma.
En la última sesión, me explicaba súper satisfecha como sentía muy dentro que “era suficiente” y que eso le daba una paz infinita.
Y es que no hay nada que de más paz que sentirse bien con una misma.
Y si, además gestionas equipo, esa confianza te hará crecer, haciendo crecer a tu equipo.
Sé que no es tarea fácil. Que pararse a mirar dentro de una misma pueda que no te parezca el planazo del siglo porque vas a encontrar cosas que no te gusten y para trascenderlas tocará arremangarse.
Sin embargo, también sé que tú quieres hacer las cosas diferente, no quieres ser una simple jefa que da órdenes sino que quieres ser algo más. Por eso, te traigo un pequeño gran regalo para que empieces poco a poco.
El minicurso “Lidera con confianza”:
Consta de 8 clases que recibirás cada 3 días en tu bandeja de entrada.
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Es gratuito
¿Y para qué lo he creado?
Para seguir con mi propósito: el de crear paradigmas empresariales más humanos que contribuyan a crear un mundo mejor 🌍
Para ello necesitamos más líderes femeninas con confianza y empatía en las empresas, te necesitamos amigui.
¿Te unes a la aventura?
Un abrazote
Melisa
Por si te apetece más la versión podcast, aquí la tienes, directa a tus oídos: