¿Cuál es el valor que aporto como líder?

 

“Las cosas no se van a hacer como yo quiero pero hay que adaptarse"

Es la duda que le asalta a Armand en ocasiones, cuando ve que el equipo ya va rodado.

Armand Solé es líder millennial, COO y Head Commerce en Rocket Roi (agencia de marketing digital) y hoy comparte contigo y conmigo cuáles son las dos cosas que más le cuestan de llevar equipo.

Le pedí a Armand si nos podía compartir sus retos porque creo que su día a día, en un sector con mucha presión, refleja las vivencias de muchos de los líderes millennial con los que trabajo y seguramente parte de la tuya también.

Te dejo con la primera parte de la conversación por audios de WhatsApp - que se convierten casi en podcast - en la que hablamos de las dificultades de llevar equipo.

Pasa y siéntate, te hemos dejado una silla libre:

P: Armand, ¿qué es lo más difícil que se te hace de llevar equipo?

R: Yo diría, el equilibrar expectativas, sobre todo cuando delegas tareas al inicio, empiezas a tener equipo, a construirlo o a confiar en esa persona. Equilibrar mis propias expectativas, para poder delegar tareas y entender que esa persona lógicamente tiene otros modelos u otras metodologías de trabajo y otras maneras de hacer y que no pueden ser o no tienen que ser las mías.

Al principio te pones nervioso, y creo que a todos nos ha pasado, cuando ves que las cosas no se hacen como tú las harías o en el tiempo que crees que tú las harías. Es un tema más emocional, que es complicado al inicio. 

Relacionado con esto, luego está el tema de empoderar. Cuando llega ese momento en el que esa persona que tienes en el equipo confía en ella misma, confía en ti y puede empezar a ejecutar y tomar sus propias decisiones. Ya no tienes tu que decirle lo que tiene que hacer si no que esa persona misma puede tomar decisiones y la puedes empoderar para que tire sola casi, con un cierto apoyo claro.

No me refiero a que la parte de empoderar sea un problema, la dificultad es cuando empoderas a la persona y empiezas a sentir o te puedes preguntar…

“Si todo mi equipo ya funciona, va rodado, el engranaje está perfecto, las personas confían y hay buen rollo en el equipo ¿cuál es el valor que aporto yo?”

Es como un proceso. Por un lado las expectativas de "hostia, no sé si confío, no sé si delegar" y tienes que pasar por ese proceso. También está relacionado con la persona que tienes, si esa persona es responsable y también está predispuesta y tiene compromiso, al final hay un equilibrio y eso tira. Lo único que es un proceso de tiempo interior mío, al menos para mí, de hacer el ejercicio de decir …

"oye, las cosas no se van a hacer como yo quiero pero hay que adaptarse".

Entonces entra la parte de cuando ya el equipo está rodado, hay confianza, etc. y te preguntas ¿cuál es el valor que aporto? Aquí es cuando creo que entra la parte de gestión, pura gestión del equipo. Me refiero a los one to one, entender como está el equipo, que necesidades tiene el equipo, en qué puedes ayudarle y “solo” eso, porque al final la parte técnica u operativa del día a día, esperas que ese equipo, ese engranaje, ya pueda hacerlo de forma casi autónoma.

Lógicamente tu eres el punto de referencia digamos, pero llega un momento que, creo yo, no deberías ni serlo en cuanto a técnica u operativa.

Aquí entra la parte más de gestión humana, de más management puro y duro que es donde creo que el líder entra y donde tiene que estar a la altura.

Serían un poco las dos dificultades. Resumiendo: expectativas propias en cuanto a delegar trabajo, tareas… en cuanto a delegar todo ese engranaje al equipo.

Y luego la parte de empoderar al equipo pero que luego resulta en una parte más del valor que aporta el líder una vez todo está ya con este engranaje.

 

 

Me reconozco a mí misma y a muchos de los líderes millennials con los que trabajo en sesiones en las palabras de Armand.

A todos nos gustaría que las personas del equipo hicieran las cosas tal y como nosotros las haríamos, sin embargo, con el tiempo nos perderíamos la riqueza de ver y aprender de un montón de formas de hacer lo mismo. Además, que si no delegas, acabarías de trabajo hasta arriba y sería insostenible.

Como dice Armand, es todo un proceso que hay que pasar. En este post sobre delegar, te hablaba sobre esto mismo y de las repercusiones que tiene si no pasas ese proceso y te quedas ahí atascado. También en mi webinar “Hola delegar. Adiós dirigir” puedes profundizar en este temón de delegar.

Con respecto al valor que aporta el líder una vez el equipo va solo, como dice Armand es el momento en el que el líder debe estar a la altura ya que liderar no va de mandar ni repartir tareas, va de cuidar al equipo.

Si quieres saber qué es lo que le hubiera gustado saber a Armand cuando comenzaba a llevar equipo, qué súper poder se pediría o que es lo que más le mola de llevar equipo, te esperamos en la parte 2 de la entrevista con Armand en #12meses12líderes.