¿Por qué es importante priorizar nuestras necesidades?

 

Priorizarte no es egoísta…

…aunque esté la creencia cultural de que mirar por una misma es de mala gente 👿 y egoísta.

Lo suyo es que te desvivas por los demás y que priorices sus necesidades por delante de las tuyas, ¡eso sí que es ser buena gente! 

Sin embargo, repito, es una creencia cultural y eso no quiere decir que sea verdad verdadera.

Hace muchísimos años existía la creencia de que la tierra era plana (si si, ya sé, ahora están los terraplanistas) o de que las mujeres no tenían derecho a votar pero eso no lo convertía en verdad irrefutable 🤥

Me atrevería a decir que la creencia de que priorizarte es de ser mala gente, está profundamente ligada a nuestro pasado evolutivo en el que necesitábamos ser valoradas positivamente por nuestra tribu, para que no nos dejaran abandonadas a nuestra suerte en mitad de la jungla 🐒

En ese momento, que tu tribu te valorara, era vital ya que sin ella, no podrías sobrevivir y por ello, anteponer las necesidades de la tribu a las tuyas, era fundamental.

Para nuestra supervivencia, lo “único” que realmente necesitamos es respirar, comer, beber y descansar. Eso no ha cambiado. Lo que sí ha cambiado es la forma en la que podemos cubrir todas estas necesidades.

Ya no necesitas que nadie de tu tribu cace un jabalí para que tu te lo comas. Puedes bajar al súper y comprarle la comida a personas que ni conoces. Tampoco necesitas que nadie de tu tribu traiga un cántaro lleno de agua dulce para que tú puedas beber, es probable que no tengas ni idea de como se llama la empresa de fontanería que instaló los grifos en tu casa para que al abrirlos saliera el agua.

En términos objetivos, a día de hoy, no necesitas que tu tribu te considere buena persona para sobrevivir porque tus necesidades son cubiertas por otras personas que no son de tu tribu necesariamente. 

Así que, podrías dejar de ir a cumpleaños que no te apetecen, a esos eventos en los que no se te ha perdido nada o dejar de hacer esfuerzos titánicos para cubrir las necesidades de tus amigxs, familiares o compañerxs de trabajo.


No es necesario.

Pero como cuesta hacerlo, ¿verdad? 🙈

 

 

Decir que “no”.

Lo veo en sesiones y en formaciones a diario, es algo que nos cuesta muchísimo; sin embargo también veo lo que merece el esfuerzo practicarlo aunque solo sea de vez en cuando, para dejar de crear contratos invisibles que lo único que hacen es perjudicar las relaciones.

¿A qué me refiero con un contrato invisible? 📝


Imagínate esta situación: 


Es viernes por la mañana y tu amiga te pide que le eches una mano para terminar una mudanza. Tú que estás para el arrastre, llevas toda la semana soñando con que llegara el viernes por la tarde para descansar. Sin embargo, en lugar de decirle esto, le escribes un: “cuenta conmigo, allí estaré”. 

Son las 19 de la tarde y vas cansadísima en el coche de camino a casa de tu amiga, maldiciendo internamente la hora en la que le has dicho que si. Cuando a las 23 vuelves a tu casa, después de embalar y mover cajas, tu batería está totalmente descargada y  vuelves a casa pensando que encima mañana no te podrás levantar todo lo pronto que querías para salir a caminar porque estás reventada de toda la semana y de la mudanza.

Tres meses más tarde es a ti a la que le toca hacer mudanza y necesitas ayuda así que, obviamente, escribes a tu amiga para que te eche una mano. Te debe una, así que no te puede decir que no. Sin embargo te contesta lo siguiente: “tía, lo siento en el alma pero no puedo ir. He tenido una semana durísima y hoy estoy para el arrastre, necesito descansar”.


WTF??? 🤨

 

 

No voy a escribir las palabras que se te pueden venir a la cabeza pero las resumiré en un pensamiento como… ¿después de que yo fui a ayudarte estando echa polvo cuando lo único que quería era descansar, ahora me dices que no me ayudas? Pues si sabes contar, no vuelvas a contar conmigo. 

Este es el contrato invisible al que me refería. Cuándo tú le dijiste “cuenta conmigo, allí estaré” se te olvidó ponerle la cláusula del contrato:  

“a condición de que la próxima vez que yo te necesite para una mudanza, tú vengas a ayudarme por muy cansada que estés”.

Diste por sentado que esto era lo que tenía que ocurrir, te creaste esta expectativa y cómo no se ha cumplido, ahora estás cabreada con tu amiga.

Sin embargo, lo único que ha hecho tu amiga, es ser honesta con ella misma y contigo. Ha tenido la suficiente confianza contigo como para decirte realmente cómo se siente.


Cambia mudanza por cualquier cosa del trabajo que te piden a la que tú dices “ok”, cuando en realidad sabes que no te da tiempo ni de coña y el resultado es el mismo: otro contrato invisible que puede generar malos rollos futuros.


Esto es algo que trabajo a menudo en las sesiones de coaching con líderes que terminan dejándose en último lugar debido a todas esas creencias. 

Si quieres evolucionar en este aspecto, me encantará que lo trabajemos juntas en sesiones de coaching

Sé que es difícil decir que no, priorizarte y luchar contra esa creencia cultural de que estás siendo una egoísta pero, los resultados de no hacerlo, no benefician a nadie por mucho que pienses que sí.

No des, de lo que no tienes amigui 😉

Lidérate para liderar. 

Un abrazote

Melisa Terriza