¿Por qué es importante predicar con el ejemplo? 😊

 

Predicar con el ejemplo.

Ser coherente entre lo que piensas, dices y haces.

Creo que esto puede ser una de las cosas más complicadas de hacer en la vida en general y, en particular como líder de equipo.

Y, sin embargo, creo que si tuviera que reducir a una las características que toda líder o empresa debería tener… sería esa. La de ser coherente y predicar con el ejemplo.

Si como empresa tenéis los valores escritos en las paredes de la oficina, pero luego no los ponéis en práctica… 💩

Si como líder, se te llena la boca de decir en reuniones que las personas del equipo son lo primero, pero en la época de covid no hiciste ni una sola reunión con cada persona para preocuparte genuinamente de cómo estaban… no cuela.

Si intentas predicar con el ejemplo, pero luego se queda todo en postureo… malamente.

 

 

De esto habla el siguiente punto del BRAVING de Brené Brown.

En junio empezamos a desgranar los puntos de los que se componen la confianza según las investigaciones de Brené Brown, para que la puedas trabajar contigo misma y con el equipo.

  1. Boundaries - Límites

  2. Reliability - Fiabilidad 

  3. Accountability - Responsabilidad 

  4. Vault - Bóveda (como si fueras una bóveda bancaria o cámara acorazada)

Hoy vamos con el quinto punto:

Integrity - Integridad

Ser íntegra es ser capaz de elegir el coraje por encima de lo cómodo. Elegir lo que es lo correcto por encima de lo que es divertido, rápido o fácil. Elegir poner en práctica eso que tanto predicas.

Déjame que te ponga un ejemplo personal de un momento en el que la tuve que sacar a pasear:

En la reunión éramos 7 personas, 5 chicos y 2 chicas. Cuando teníamos reunión, normalmente Nerea hacía el acta de lo que se hablaba, pero hoy ella no podía venir a la reunión.

Cuando comentó por Whatsapp que ella no podía venir en seguida me vino a la cabeza: “Verás que hoy me toca apuntar a mi. Me apuesto el cuello a que todos escurren el bulto y dan por sentado que apuntaré yo por el estereotipo de la secretaria, de que las chicas somos más aplicadas y apuntamos… Pues lo siento, pero me niego a tener que ser yo la que escriba por el mero hecho de ser una mujer”.

 

 

Llega la hora de la reunión:

Hoy no tenemos secretaria– dijo Pablo.

Aquí se me disparan todas las alarmas porque escucho que ya han dicho secretaria, directamente puesto en género femenino. Verás que me dicen que lo haga yo – vuelvo a pensar.

Ay no es verdad, hoy no está Nerea. ¿Quién puede tomar notas hoy? – dice Luis.

Uno a uno, van poniendo excusas de por qué no apuntan. Desde un “uy, yo soy muy malo apuntando” hasta “yo hoy no tengo el día”.

Cuando llega mi turno, no te voy a engañar, a pesar de que son mis compañeros y sé que me valoran enormemente, me sudan las manos y el corazón me palpita fuerte porque sé que voy a tener que decir que no y ser la nota discordante de la reunión, sin embargo, tengo claro que pienso decir que no porque me lo he prometido a mi misma y porque me parece un cliché de género que es hora de cambiar así que me armo de valor y contesto:

Pues yo lo siento mucho pero no voy a apuntar porque antes de venir a la reunión ya sabía que me iba a tocar a mi por ser mujer. De hecho, al empezar habéis dicho “hoy no tenemos secretaria” hablando directamente en femenino – dije en tono amable.

¿Pues sabes qué? Que llevas toda la razón – me dice mi compañero Klaus – No me había dado cuenta, pero si que es cierto que hemos pensado en una chica.

Acto seguido, Pablo, que previamente había dicho que “el era muy malo apuntando”, dijo: Llevas toda la razón. Va, hoy apunto yo. No prometo que salga súper bien pero así practico para mejorarlo.

Y así, ese día sentí que era coherente entre lo que pensaba, decía y hacía, a pesar de que esa coherencia me costó un momento incómodo. Sin embargo, la incomodidad del momento, no fue nada comparada con lo orgullosa de mi misma. Sentí que podía confiar en mi.

 

 

Lo fácil hubiera sido no reclamar nada y apuntar, pero no me hubiera sentido nada integra.

Pasa lo mismo con los niños.

Me duele la boca de decirles que no coman en el sofá.

El día que me vieron a mi comiéndome un yogur en el sofá, ¿adivina lo que me dijeron?

Si no vas a predicar con el ejemplo, mejor no lo prediques. Lo que marca la diferencia no es tanto lo que dices si no lo que haces.

De 1 a 10 ¿cuánto de integra te consideras?

Y el equipo de 1 a 10 ¿cuánto lo es?

Elige el coraje por encima de lo cómodo amigui.


Si quieres ponerte face to face con el coraje para trabajar en tu liderazgo, será un placer acompañarte a través de mi programa de coaching “Crece con el equipo”.

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Gracias por estar al otro lado 🙌🏼

Melisa

P.D. Te lo cuento también al oído por si en vez de mirar el móvil, quieres mirar la vida: