Piensa mal 🤔 ¿y acertarás? 🤔

 

Te llama “la simpática”, ¿te paso con ella? - me dice mi querida Lola, la recepcionista.

Jejejeje, si, pásame con ella - le contesto.

¡Ánimo! - termina diciendo Lola, que sabe lo que cuesta lidiar con esta mujer.

 

“La simpática” era la etiqueta que Lola le había puesto, solo de hablar con ella por teléfono y no se la había puesto precisamente por ser fiel a la realidad. Era una etiqueta totalmente irónica.

 

La verdad es que se la había ganado a pulso, pero cuando me quedé totalmente alone in the dark en el departamento y supe que tenía que lidiar con ella casi a diario para que mi trabajo saliera adelante, me di cuenta de que tenía que cambiar el chip porque si no cada llamada sería una tortura… Y ya bastante tenía con tener que sacar un departamento adelante del que no tenía ni idea de la mitad de las cosas.

 

Así que, decidí dejar los juicios a un lado y hacer la suposición más generosa que pude con ella. 

Me puse en su lugar y pensé que dentro de esa persona que siempre contestaba al teléfono de una forma tan sombría, debía de haber un corazoncito que estaba sufriendo mucho para estar así 24/7 (ya que me constaba que ese tono y esa actitud no la empleaba solo conmigo). 

 

Y es que, ¿a cuántas personas conoces que estando felices dan malas contestaciones o tratan mal a los demás? 

Normalmente, la mala baba nos sale cuando tenemos un día o una época de mierder que, a veces, se perpetúa demasiado en el tiempo.

 

 

Así que, cuando la llamaba, a pesar de que ella hablaba con su tono helado, yo le contestaba con una sonrisa de oreja a oreja, sacando toda mi amabilidad y buen humor a pasear. Siempre le preguntaba qué tal estaba y les quitaba hierro a los problemas con humor.

No siempre era fácil hacerlo, no te voy a engañar, cuando yo tenía un mal día o su intransigencia me complicaba el trabajo demasiado me daban ganas de tirar la toalla.

Sin embargo, seguí fiel a mi reto y tras muuuuucho tiempo pico y pala, ¡lo conseguí! ¡Conseguí que ambas nos riéramos mientras hablábamos e incluso recibí algún email suyo que incluía emojis sonrientes! Te juro que cada vez que lo conseguía me sentía como Katniss Everdeen salvando a su hermana en Los juegos del hambre, para mi, era toda una hazaña.

 

 

Recuerdo el día que colgué el teléfono y mi jefa, que estaba sentada a mi lado me dijo súper sorprendida: 

- ¿Estabas hablando con “la simpática”?

-Si, ¿por?

-No porque como te estabas riendo, me parecía imposible que fuera ella. ¡Ya me contarás como lo has hecho maja porque me parece increíble!

La verdad que, para mí, fue todo un gustazo conseguir ser fiel a lo que me propuse y darle la interpretación más generosa posible a sus acciones durante tanto tiempo.

Te hablo de esto porque de eso va el último indicador que influye en la confianza según las investigaciones de Brené Brown, va de generosidad.

 Antes, te recuerdo brevemente los otros 6 indicadores de la confianza:

  1. Boundaries - Límites

  2. Reliability - Fiabilidad 

  3. Accountability - Responsabilidad 

  4. Vault - Bóveda (como si fueras una bóveda bancaria o cámara acorazada)

  5. Integrity - Integridad

  6. Non-Judgment - no juicio

Y el de hoy:

7. GENEROSITY - generosidad:

Escojo pensar lo mejor de los demás, dar la interpretación más generosa posible a las intenciones, palabras y acciones de los demás y pregunto para comprobar; no espero a soltar indirectas.


Y es que, la generosidad normalmente la asociamos a dar cosas materiales a las demás personas, pero, ¿qué mejor cosa te podría regalar alguien que no aplicar ese “piensa mal y acertarás” a la primera de cambio contigo?

 Porque seamos sinceras, seguro que la aplicas con algunas personas con más o menos frecuencia, pero a ti no te hace ni pizca de gracia que la apliquen contigo.

 Seguro que te encantaría que tu jefa no pensara de ti ese “seguro que estuvo de fiesta todo el finde” cuando le avisas un lunes de que te encuentras mal y no vas a trabajar.

 

El “piensa mal y acertarás” tiene su lógica, que no es ni más ni menos que la de prepararte para una futura “traición”. Sin embargo, tiene efectos secundarios importantes ya que la mayoría de las veces no contrastamos nuestras películas con la realidad y nos quedamos con la suposición que hemos hecho de la otra persona, que normalmente no es la más generosa.

El quedarnos con esa suposición hace que, sin darte cuenta, actúes con la otra persona desde ahí, lo que crea un gran cúmulo de mierder debajo de la alfombra que atrae malentendidos y conflictos con una facilidad increíble.

 

 

Por eso, te invito a que juegues a dejar de lado ese “piensa mal y acertarás” aunque solo sea de vez en cuando para ver qué es lo que pasa cuando lo haces.

Algo que te puede ayudar a conseguirlo es que cada vez que te vengan esas ganas de imaginarte la peor de las intenciones de la otra persona seas capaz de tomar distancia y veas, de que te está protegiendo tu mente cuando te propone este pensamiento.

Y como tomar distancia no es cosa fácil, te invito a que me utilices para ello 😉  Puedes utilizar la meditación de “Apaga el piloto automático” que encontrarás en el apartado de herramientas mi página web para tomar ver tus pensamientos a vista de pájaro y que no te arrastren.

Esto te ayudará a seguir evolucionando en la confianza en ti misma y en el equipo, te hará crecer para hacer crecer al equipo.

 

Lidérate para liderar

Melisa Terriza


Y si prefieres mirar la vida en lugar del móvil, te cuento todo esto al oído en mi podcast “Lidérate para liderar”